domingo, 16 de agosto de 2015

Un poco de ecología


Este verano está resultando especialmente duro, con temperaturas que no dejan de batir récords. En medio de este calor sofocante, el Papa Francisco ha hecho un regalo a la humanidad en forma de encíclica (Laudato Sii), dedicada a la ecología. Aunque es su segunda encíclica, de hecho es la primera ya que la anterior fue elaborada con un documento que le había dejado su predecesor Benedicto XVI. Con gracia, Francisco afirmó que fue una encíclica escrita a cuatro manos.
El presente documento es una llamada de atención a todos los hombres de buena voluntad sobre el cuidado de la tierra. A nadie se le oculta el daño inconmensurable que estamos haciendo entre todos a este planeta, desde todos los puntos de vista. Los que vivimos a la orilla del Mediterráneo, comprobamos cada día que es un mar contaminado, con pérdidas irreparables de especies marinas. El mare nostrum de los antiguos se ha convertido en el mare contaminatum. Es necesario que todos tomemos conciencia de la situación de emergencia en la que nos encontremos, y se tomen las medidas pertinentes.
El Papa se ha fijado en esta encíclica en aquellas páginas del evangelio en las que el Señor nos habla de la creación de Dios (el mundo ha salido de las manos de Dios y ha sido confiado al hombre), y de la providencia divina o cuidado amoroso que Dios tiene con todas las criaturas, racionales e irracionales. Son especialmente bonitas las páginas del evangelio donde Jesús habla del cuidado que Dios tiene de las aves del cielo y de los lirios del campo. Llega a decir que estos seres están vestidos por Dios con más elegancia que el gran rey del Antiguo Testamento, Salomón.
Estas enseñanzas de la religión cristiana siempre han estado presentes en la vida de la iglesia. Basta recordar a Benito de Nursia del siglo VI, fundador del monaquismo en occidente, que puso en marcha una gran red de monasterios por toda Europa, donde siguiendo el lema benedictino “ora et labora” (reza y trabajo), enseñaba a los campesinos a sacar el máximo rendimiento de sus tierras, respetando el equilibrio ecológico del lugar.
Y qué decir de Francisco de Asís del siglo XIII, cuyo cántico da pie al título de la encíclica “Laudato Si” (Alabado Sea), gran renovador de la vida cristiana en todo el mundo, volviendo a los orígenes del cristianismo, con una pobreza total, confiando en la paternidad de Dios que nos dará el alimento necesario cada día. Recuerda el Papa Francisco que su tocayo Francisco de Asís, quiso que en los conventos franciscanos hubiese en la huerta, una parcela que no se cultivase, dejada esta tierra a la voluntad de Dios. Decía Chesterton en la biografía que escribió de San Francisco de Asís, que Francisco fue el hombre más humilde que ha existido en toda la historia de la humanidad. Una humildad que le llevaba a confiar en Dios, amando la obra de la creación.
He tenido la suerte de conocer a un gran santo del siglo XX Josemaría Escrivá. Puedo decir que era también un enamorado de este mundo, y llegó a poner como título de uno de sus escritos “amar el mundo apasionadamente”. Seguía con interés las noticias ecológicas, y se llevó una gran alegría cuando, como consecuencia de la purificación, volvieron los peces a vivir en el Támesis a su paso por Londres. Constantemente en sus conversaciones salían los temas medioambientales.
Lógicamente el Papa no propone soluciones técnicas para resolver problemas medioambientales. Eso es propio de los expertos. Pero, desde su papel de maestro, nos ha recordado que todos somos responsables de la situación del planeta tierra, y no podemos disculparnos diciendo que yo no soy experto en estos temas. En el punto 118 de la encíclica llega a decir que si alguien pensase que a él no le atañe este problema, caería en una situación de esquizofrenia, exaltando todo lo técnico, lo factible, sin reconocer a los demás seres un valor propio.
El desafío que nos hace el Papa es grande, que se debe traducir en una nueva relación con la naturaleza. Pero, para eso hace falta una adecuada comprensión del hombre: “no hay ecología sin una adecuada antropología”


Fernando Uriol

domingo, 14 de diciembre de 2014

La Novena de la Inmaculada

DIA PRIMERO: la anunciación Lc 1, 26-38
Comenzamos hoy la novena de la inmaculada que nos ayuda a prepararnos para la fiesta del 8 de diciembre, la conmemoración del dogma de la inmaculada concepción, proclamado solemnemente por el Papa Pío IX en el año 1854. La fe de la iglesia siempre había creído en la pureza inmaculada de nuestra Madre, concebida sin pecado, y la historia muestra como en la literatura de los padres de la iglesia, en los templos dedicadas a la Virgen, etc. Siempre se había afirmado la fe en este privilegio de la Santísima Virgen. La declaración del dogma no fue más que un remarcar algo que ya estaba entre las creencias del pueblo de Dios.
El primer relato que tenemos de nuestra Madre en el evangelio nos lo da S. Lucas en el cap. 1 de su evangelio. Se trata de la escena de la Anunciación y Encarnación del Hijo de Dios. Nos dice el evangelista que “el ángel Gabriel fue enviado de parte de Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón llamado José, de la casa de David, y el nombre de la Virgen era María”. Fijémonos en estas pocas palabras: Dios envía a un ángel a una virgen, que está prometida con un varón llamado José. El nombre de la virgen era María
Un padre de la iglesia nos dice que la palabra María en hebreo quiere decir estrella del mar, y en siríaco Señora. Y con razón, porque mereció llevar en sus entrañas al Señor del mundo y a la luz constante de los siglos. Ella será la estrella que orientaría a tantas generaciones de cristianos a través de los mares de este mundo, la Señora que cuida de la casa para que todos tengan ese hogar donde puedan reponer las fuerzas para el trabajo, para las peleas de la vida.
También a nosotros Dios nos va a visitar durante estos días de la Novena, y nos transmitirá un mensaje personal, adecuado a nuestras circunstancias. Dios tiene unos planes concretos para cada uno de nosotros, una misión determinada en este mundo nuestro. Debemos estar atentos, con los oídos bien abiertos, con el corazón preparado, para escuchar esas insinuaciones divinas que vamos a recibir. La novena no es un conjunto de misas, es algo más. Es disponernos con la Virgen a que Dios nos cambie la vida, nos pida algo que nosotros todavía no conocemos. Digamos al Señor aquí estoy para hacer tu voluntad.
San Gregorio Magno dice que a María Virgen no se envía un ángel cualquiera, sino el arcángel San Gabriel.  Procedía que viniese un ángel de los primeros a anunciar los misterios. Se le designa por su propio nombre, el cual muestra lo que vale en sus obras, pues el nombre de Gabriel significa fortaleza de Dios Por la fortaleza de Dios había de ser anunciado el que, siendo Dios de las virtudes y poderoso en la guerra para vencer en todas las batallas, venía a destruir las potestades del infierno.
El relato continúa con estas palabras del Ángel: “Salve, llena de gracia, el Señor es contigo. Ella se turbó al oír estas palabras, y se preguntaba que significaría tal salutación”.  María estaba llena de gracia, y el Señor estaba con ella. Nos podemos preguntar cada uno: ¿yo estoy en gracia?, ¿he combatido contra el pecado para no perder mi amistad con Dios?, ¿necesito una buena confesión que limpie mi alma, y así podré oír la voz de Dios? Estos días son una buena ocasión para examinarnos a fondo, y descubrir todo aquello que me impide seguir al Señor. Especialmente debemos preguntarnos si estamos luchando por ser humildes, mirando siempre a los demás con una gran admiración, comprendiendo que son mucho mejor que nosotros. Dios no puede estar con nosotros si estamos llenos de nosotros mismos, de amor propio, de ansias de llamar la atención.
María se turba ante las palabras del ángel, y no entiende el significado de aquel mensaje. La delicadeza de conciencia de la Virgen hace que se sienta inquieta ante algo que le excede, que le sobrepasa. Todo lo contrario de lo que nos ocurre a nosotros, que nos consideramos siempre los mejores, dignos de toda admiración. En lugar de pedir consejo a personas que nos puedan orientar, queremos ser autosuficientes, sabedores de casi todo. Mal planteamiento para la vida cristiana es la actitud autosuficiente, pagada de uno mismo. María se llena de estupor ante algo que no entiende, pero intuye que es algo muy grande. No se queda encerrada en sí misma, y espera que el mensajero de Dios le aclare su inquietud.
El ángel le dice: “No temas María porque has hallado gracia ante Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz a un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Este será grande: se llamará Hijo del Altísimo”. Las palabras de Gabriel son invitación a perder el miedo, no temas. También nosotros ante los planes de Dios podemos sentir miedo, nos podemos quedar paralizados. Lo sobrenatural siempre nos excede, nos sobrepasa, es una invitación a fiarnos de Dios. Mará ha hallado gracia delante de Dios, ha sido escogida por la trinidad beatísima.
Nosotros hemos sido elegidos por Dios para cumplir una misión en la tierra, una misión que nos sobrepasa. El cristiano no es una persona que se dedica a cumplir una serie de obligaciones, que tiene un código de conducta, es un seguidor de Jesucristo, que le ha escogido para ir por todo el mundo y predicar el evangelio. La Virgen va a concebir a Jesús en su vientre, y nosotros tenemos que concebir al Señor en nuestro corazón. Tenemos que enamorarnos de Jesús, el Hijo de Dios Padre, que ha venido al mundo para salvarnos, para hacernos felices. Solamente con este amor al Señor seremos felices, y superaremos todas las dificultades de la vida.
La Virgen pregunta al Ángel: “De qué modo se hará, pues no conozco varón?El ángel le respondió: el Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”. La Virgen ha hecho un voto de virginidad, y ve que esto es incompatible con ser madre de un niño. Pero los planes de Dios son extraordinarios: será madre y virgen al mismo tiempo. Su hijo será hijo suyo e hijo de Dios. El Señor nacerá de un modo milagroso, con la colaboración de una mujer llamada María.
Pensar en esta escena del evangelio es encontrarnos con una mujer adolescente, llena de delicadeza, de candor, de pureza. Frente a la Virgen, estamos cada uno de nosotros, acostumbrado a vivir en un mundo que no sabe nada de pudor, de modestia, de delicadeza en el vestir. Nos cuesta mucho ir contra corriente, y defender algo tan santo como es la limpieza del alma y del cuerpo. Pidamos a María que nos contagie esa delicadeza de corazón, ese amor a la virtud de la castidad, ese no querer mancharnos con los pecados de la impureza.

La escena de la Anunciación termina con estas palabras de la Virgen: “he aquí la esclava del Señor hágase en mí según tu palabra”. Es la plena disponibilidad de María a los planes de Dios, su total identificación con el querer de Dios. Hagamos nosotros durante esta novena muchos actos de entrega, digamos con frecuencia esta jaculatoria: he aquí el esclavo del Señor”, el que quiere identificarse plenamente con tu voluntad.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Un poco de coherencia no va mal

Russel Crow


Los casos de corrupción se multiplican en el mundo  a una velocidad, que es difícil estar informado de tanta bajeza. En el mundo de la política, de la economía, de la enseñanza, etc., se descubren, cada poco tiempo,  personas que han llevado una doble vida, que han tenido una doble moral, y esto, no un poco de tiempo, sino durante muchos años. Pienso que todos debemos preguntarnos en que hemos fallado para que ocurran estas cosas. Probablemente no hemos caído en esta barbaridad, pero no podemos ver como personajes ajenos, una situación, un comportamiento, que, por desgracia, es muy general.
Recuerdo que hace años vi la película “una mente maravillosa” (A beautiful mind), protagonizada por el oscarizado Russel Crow. La película es un biopic, una biografía del Premio Nobel de Economía John Nash, que consiguió este galardón a los 70 años, por un descubrimiento que hizo a los 25, la teoría de Juegos, muy conocida por los matemáticos y economistas. La historia de Nash es sumamente interesante: un niño prodigio, con estudios brillantes de Matemáticas, que consigue una plaza de profesor en la prestigiosa universidad de  Princeton.
Casado con una física norteamericana, de origen hondureño, es un modelo dentro del mundo académico. Todo va bien hasta que un día aparece en la sala de profesores del Instituto de Matemáticas de esta universidad (uno de los más prestigiosos del mundo), diciendo que ha tenido información de seres extraterrestres a través de un anuncio en el Washington Post. Esto ocurre cuando Nash tiene 30 años y no es la única extravagancia: empieza a volverse un individuo peligroso para su familia. La mujer con la ayuda del Rector de la universidad, consigue internarlo en la planta de psiquiatría de la Clínica universitaria. El diagnóstico fue esquizofrenia. A partir de ese momento, la vida de Nash es un entrar y salir de distintas clínicas, hasta que a los 70 años vuelve a la vida normal, y recibe una llamada desde Oslo comunicándole que ha sido elegido como premio Nobel de ese año, por un descubrimiento hecho hace 40 años.
El caso de Nash es un caso de enfermo esquizofrénico, con necesidad de tratamiento médico. Pero, en la mayoría de los casos de falta de coherencia, no hace falta acudir a estos extremos para entender el problema. Basta con conocer algo de la doctrina sobre el pecado original. La doctrina sobre el pecado original - vinculada a la de la Redención de Cristo - proporciona una mirada de discernimiento lúcido sobre la situación del hombre y de su obrar en el mundo. Por el pecado de los primeros padres, el diablo adquirió un cierto dominio sobre el hombre, aunque éste permanezca libre. El pecado original entraña "la servidumbre bajo el poder del que poseía el imperio de la muerte, es decir, del diablo". Ignorar que el hombre posee una naturaleza herida, inclinada al mal, da lugar a graves errores en el dominio de la educación, de la política, de la acción social y de las costumbres.

Olvidarse de que tenemos una naturaleza débil, necesitada de continua rectificación, ha dado lugar, y seguirá dando lugar, a muchas conductas gravemente incoherentes.

Publicado como artículo en El Mundo-El Dia de Baleares el 22 de agosto de 2014

jueves, 7 de agosto de 2014

Bautizo de Lenny

Bautizo de Lenny, hijo de Yvonne Rathgeber  y de Juan Pablo Asensi. Yo he sido el sacerdote de la boda de los padres, y del bautizo de la madre, conversa que encontró la fe en Mallorca. Entre el bautizo Yvonne y de su hijo han pasado 11 meses. Me honro de ser amigo de esta familia y estoy orgulloso de haber prestado estos servicios.Con ellos el padrino Rainier, de Sudáfrica, y profesor de Llaut, también converso a la iglesia católica.

domingo, 22 de junio de 2014

Familia numerosa: paternidad y maternidad responsable



Hoy en día está mal visto tener una familia numerosa. Se apela a la superpoblación de la tierra, a la necesidad de educar adecuadamente a los hijos, etc. Todas estas son razones coyunturales, y no se quiere ir al núcleo del problema que es la visión que se tiene del hombre, pura materia, sin apertura a lo trascendente, a lo espiritual -al mundo invisible, que decía Newman-. Con estas bases la familia y los hijos pueden ser tratados con criterios utilitaristas, como los que se tienen en una granja de animales. La producción de hijos depende de las necesidades de los padres, de las modas, de la situación social, etc.
Pero hay otro modo de ver al hombre, criatura hecha a imagen y semejanza de Dios, abierto a los trascendente. El hombre no ha aparecido en este mundo por una casualidad, sino por un querer positivo de Dios, que le ha dado un alma inmortal, y está pendiente de todas sus necesidades. Sin esta apertura a lo sobrenatural, a la aceptación de que no somos autosuficentes, es difícil defender a la familia numerosa, y a la paternidad responsable. Dios es el que cuida de las familias, y de un modo especial de las familias numerosas.
Con una ligereza digna de mejor causa, se dice que la iglesia ha cambiado su criterio respecto a la paternidad y la maternidad. Desde el comienzo la iglesia no ha hecho otra cosa que cambiar, de reformarse en muchos aspectos, pero nunca en su moral. Decir que la iglesia cambia en su doctrina, es tan absurdo como admitir un circulo cuadrado. La moral de la iglesia no es una construcción humana, fruto de un trabajo intelectual, sino doctrina recibida de Dios a través de la revelación. La iglesia debe transmitir estas verdades a cada generación, y esta labor pedagógica si que es una obra humana.
El último gran acontecimiento de la vida de la iglesia fue el concilio vaticano II, convocado por el querido Papa Juan XXIII. En uno de los documentos de esta asamblea, concretamente en la constitución Gaudium et Spes se dice: "...son dignos de mención muy especial los esposos que de común acuerdo, bien ponderado, aceptan con magnanimidad una prole más numerosa para educarla dignamente...". Es decir, la Iglesia como siempre elogia la familia numerosa, como una prueba de la generosidad de los padres.




Por otra parte,  la Sagrada Escritura y la práctica tradicional de la Iglesia ven en las familias numerosas un signo de la bendición divina, de una especial predilección de Dios. En el lenguaje popular se suele decir que cada hijo viene al mundo con un pan debajo del brazo, es decir, que Dios no abandona a su suerte a los padres que viven su matrimonio con fe en la providencia divina.
Publicado en El Mundo-El Día de Baleares el 18 de julio de 2014

sábado, 7 de junio de 2014

Bautizo, confirmación y primera comunión de Catlin Goldman





El sábado, 14 de mayo de 2014, bauticé a Catlin Goldman, una chica inglesa de 14 años. Asistieron sus padres Alan y Zara, su abuelo paterno, su abuela materna Olivia, sus padrinos, y todas las de su curso de 2º de la ESO, del colegio Aixa.
Catlin llegó al colegio hace dos años, y desde el primer momento me llamó la atención su inquietud religiosa. Venía al oratorio, asistía a Misa, y manifestó su deseo de recibir el bautismo. Comenzamos la catequesis, y habló con sus padres de sus deseos. Los padres tenían sus prevenciones -ninguno de los dos es católico-, y querían que la decisión de su hija fuese bien fundamentada. Su padre es ingeniero naval, y trabaja en un yate de 90 m. de eslora, con una tripulación de 20 personas. Con frecuencia está fuera de Mallorca, viajando por todo el mundo.
Después de varias conversaciones con sus padres, dieron su aprobación, y fijamos la ceremonia para el 14 de mayo La ceremonia fue en el oratorio del colegio Aixa, con permiso de la diócesis, y quedando registrada en los libros de la parroquia vecina. Los padrinos fueron un matrimonio amigo de la familia: Rodrigo y Carmen.
La familia nos invitó a tomar el lunch en su casa del Toro, que habían preparado su madre, su abuela y su tia. Al acabar la comida su abuelo, que había venido de Inglaterra, le regaló una biblia que su mujer había conservado toda su vida. Leyó una carta que le había escrito a su mujer el vicario anglicano de su parroquia, el día de su confirmación. Fue muy emocionante.

sábado, 3 de mayo de 2014

Primeras comuniones Aixa




Queridos hermanos:
El evangelio que acabamos de escuchar es un pasaje del discurso sobre el Pan de Vida que el Señor pronunció en Cafarnaúm. En este lugar Jesús habló con toda claridad del sacramento de la Eucaristía, que instituyó en la Ultima Cena. El Señor nos dice que es el pan vivo que ha bajado del cielo, el que coma de este pan vivirá eternamente. No hay opción a falsas interpretaciones: cuando comulgamos, recibimos el cuerpo de Cristo que se entrega por nosotros.
Dios había preparado al pueblo judío con el maná que les alimentó durante los cuarenta años que peregrinaron por el desierto. Fue un milagro extraordinario que Dios padre tuvo con su pueblo, para que no murieran de hambre en aquellas circunstancias tan adversas, antes de llegar a la tierra prometida. Pero el maná, siendo un alimento milagroso, solamente servía para recuperar las fuerzas, no daba la inmortalidad. Como explica el Señor, los israelitas comieron y murieron.
Pero al llegar la plenitud de los tiempos, El Hijo de Dios se hizo hombre, vino para dar cumplimiento a todas las promesas que habían recibido los judíos. Nos dio un alimento que no tiene parangón con ningún alimento humano, es un alimento que da la inmortalidad. Al recibir la santa comunión, no es Cristo el que se convierte en nosotros, como ocurre con cualquier comida. Somos nosotros los que nos transformamos, nos divinizamos, nos hacemos consortes de la naturaleza divina.
Nunca daremos suficientes gracias a Dios por el sacramento de la Eucaristía. Desde la Ultima Cena, la Iglesia no ha cesado de dar gracias a Dios, y ha convertido la Eucaristía en el centro de la vida cristiana. Los cristianos nos reunimos para celebrar la Eucaristía, dando gracias a Dios por este don inefable. Bastaría una única comunión en nuestra vida para conseguir unos efectos extraordinarios, increíbles.
El catecismo de la Iglesia dice que la Eucaristía culmina el proceso de la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio real por el bautismo, participan por la eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio mismo del Señor. Estas niñas recibieron en su día el sacramento del bautismo que les confirió el sacerdocio común de los fieles, participando de la comunión de los santos que existe entre todos los bautizados.
A lo largo de estos años han recibido una catequesis en su casa primero, y después en el colegio. Han aprendido a amar a Jesucristo, a contar con la gracia de Dios para mantener esa lucha propia de los cristianos. Dios mismo, por medio del Espíritu Santo, ha ido moldeando sus almas, para que pudiesen recibir la sagrada eucaristía. Además, sabemos que son las predilectas del Señor, Jesús se encuentra muy a gusto en medio de los niños.
Hace unos meses hicieron su primera confesión, recibieron el sacramento de la penitencia, y aprendieron a pedir perdón a Dios por sus errores, equivocaciones, por sus pequeñas faltas de amor. Desde entonces, se ha confesado en varias ocasiones, y el Espíritu Santo se ha ido metiendo en su alma, transformándolas para que su alma estuviera totalmente limpia. Hoy este camino llega a su fin: el Señor viene al alma de cada una, para quedarse, para compartir con ellas su vida.